jueves, 10 de noviembre de 2011

Segunda Parte/ Primeros años en el noviciado



La joven novicia se mostró humilde, obediente, sencilla y franca en el noviciado. Según el testimonio de una de sus connovicias, edificó a toda la comunidad "por su caridad para con sus hermanas, a las que jamás dijo una sola palabra que pudiese molestarles, y por la paciencia con que soportó las duras reprimendas y humillaciones a las que fue sometida con frecuencia". En efecto, el noviciado de la santa no fue fácil. Por ejemplo, por mas que le pidiese su superiora, le era imposible a Margarita practicar la meditación discursiva. Ella cuenta, "Por mas esfuerzos que hacía yo por practicar el método que me enseñaban, acababa siempre por volver al método de mi Divino Maestro, aunque no quisiese." Este le causaba mucho dolor ya que su mayor deseo era de obedecer a su Superiora. 

También hubo otra situación que fue causa de gran abnegación para Margarita. Se trataba de una natural repugnancia que tenía toda la familia de Margarita hacia el queso. Era tanta la aversión que tenían al queso, que el hermano de Margarita le pidió expresamente a las hermanas que no le obligasen a Margarita jamás el tener que comerlo. Pero ya en el convento, se dio todo lo opuesto. Margarita, por obediencia tenía que comer queso. Al principio no podía por las nauseas que le daban y salía corriendo. Pero le suplicaba a su Señor que le ayudase ya que ella no quería ser diferente de las demás en nada. Con gran esfuerzo de su parte, Margarita logró comer queso. Cosa que ofreció como sacrificio por mas de diez años.

Otra dificultad para Margarita fue el hecho de su propia vida tan sobrenatural. Pues sus superiores le indicaban que esas formas de espiritualidad no iban con el espíritu de la Visitación. Miraban con recelo sus experiencias como sujetas a la ilusión y al engaño. Y así dudaban sus superioras el permitir que Margarita hiciese sus votos de profesión y le mandaron que le pidiese al Señor que la hiciese útil a la santa religión por la práctica exacta de todas las observancias. Esto Margarita lo llevó al Señor y el le respondió:
"Di a tu Superiora que te haré más útil a la religión de lo que ella piensa; pero de una manera que aún no es conocida sino por Mi. Y en adelante adaptaré mis gracias al espíritu de la regla, a la voluntad de tus superioras y a tu debilidad, de suerte que has de tener por sospechoso cuanto te separe de la práctica exacta de la regla, la cual quiero que prefieras a todo. Además, me contento de que antepongas a la mía, la voluntad de tus superiores, cuando te prohibe ejecutar lo que te hubiere mandado. Déjales hacer cuanto quisieren de ti: Yo sabré hallar el medio de cumplir mis designios, aun por vías que parezcan opuestas y contrarias. No me reservo sino el dirigir tu interior y especialmente tu corazón, pues habiendo establecido en él, el imperio de mi puro amor, jamás le cederé a ningún otro."
El Señor no enseñó que la voluntad divina se pueda relegar a favor de la autoridad humana.  Mas bien el Señor enseñó a Margarita que la obediencia a sus superioras es, en efecto, el medio mas seguro para acatar Su divina voluntad. Ya que aun siendo sus superioras limitadas,  la obediencia lograría que la voluntad divina triunfe a pesar de todo.  El Señor promete que si ella obedece a sus superioras... "yo sabré hallar el medio de cumplir mis designios"
La Madre Superiora quedó contenta con la respuesta del Señor recibida por Margarita y a esta se le abren las puertas para hacer su voto de profesión el 6 de noviembre, de 1672. El Señor por su parte cumplió plenamente su promesa, pues El se encargó de trabajar fuertemente en purificar y transformar su corazón en un corazón semejante al suyo.
El sacerdote al celebrar su profesión dijo: "Jesucristo te iluminará. Ve delante por las sendas del justo, como la aurora resplandeciente...!"

Escribió Santa Margarita ese día por la tarde: "Yo vil y miserable criatura, prometo a mi Dios someterme y sacrificarme a todo lo que pida de mi; inmolando mi corazón al cumplimiento de todo lo que sea de su agrado, sin reserva de otro interés mas que de su mayor Gloria y puro amor, al cual consagro y entrego todo mi ser y todos mis momentos.







jueves, 3 de noviembre de 2011

Misericordia Divina hasta en la Cocina


       Les comparto de la inspiración y voz de Susy Figueroa de Dubois, cantante profesional de Guatemala y que dedica su talento a Nuestro Señor.  Es evidente el amor que Susy le tiene a la Divina Misericordia.  Me llena de gozo este video pues conozco a la autora de cuando era pequeñita y veo como el Señor moldea a cada quien y lo pule para sacar lo mejor de nosotros. Esta canción tan bellamente escrita y cantada me recuerda que grandes santos hacían humildes trabajos ofreciéndoselos al Señor. Las mujeres y también los varones podemos encontrar a Jesús en la cocina, es allí donde ponemos el amor a cada plato que realizamos. Buscarlo en los detalles pequeños del día a día que nos pasan desapercibidos. Si entendiéramos  que en cada pequeña obra esta escondido Aquel que quiere sorprendernos con Su Amor y Su gracia no pondríamos  tantos peros.  Que Jesús de la Divina Misericordia les llene con Sus gracias y con aquellas cosas que necesitamos   y no sabemos pedir.   Les dejo el video y el enlace con la autora al poner el cursor sobre su nombre.  


Misericordia Divina hasta  en la Cocina.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Historia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús

Primera Parte/ “ Mi Soberano Maestro, si Vos no lo quisieras, no sucedería esto, pero os doy gracias de haberlo permitido para hacerme semejante a Vos.”

Me asombra la humildad y mansedumbre de nuestro Señor Jesús que no nos obliga a llevar esta devoción sino más bien nos lo pide que hagamos un poquito más de ser posible en conocerle,Jesús quiere que le sigamos por nuestra voluntad y nos ofrece a cambio muchas gracias que solo al llegar a esa intimidad con El podemos conocer. Acá esta la historia de Santa Margarita de Alacoque, una humilde sierva del Señor que siempre permitió hacer la Voluntad a Su Amado.

El fervor al Sagrado Corazón de Jesús data de los primeros tiempos de la Iglesia cuando se meditaba en el costado y Corazón abierto de Jesús, de allí salió sangre y agua. Sin embargo no fue hasta que el mismo Señor se presento a Santa Margarita de Alocoque a la cual revelo Su dolor por lo indiferente que somos a tanto amor que lo llevo a la Cruz por nosotros pecadores.

Santa Margarita de Alocoque nace en Janots, Borgoña un 25 de Julio de 1647. Era la quinta de 7 hermanos. Margarita desde pequeña rezaba mucho y tenía una fuerte devoción a la Santísima Virgen María. Apenas a sus cuatro años hizo una promesa a Jesús, ella rezaba “Oh Dios, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad” pese a que ella misma confeso años mas tarde que no sabía que significaba la palabra castidad. Margarita sintió desde temprana edad el llamado a la vida religiosa. Su padre fallece cuando ella apenas tenía ocho años lo que puso a su familia en una situación económica muy precaria. Margarita la ingresan a la escuela de las Clarisas Pobre de Charolles, desde el inicio causo muy buena impresión por lo piadosa que era, tanto así que se le permitió por ello hacer su Primera Comunión a los 9 años. Algo que no era permitido en aquel tiempo. Sin embargo poco después Margarita tuvo que ser llevada a su casa porque su salud decayó al presentar enfermedad reumática lo que la obligo a guardar cama hasta sus quince años y por lo que también tuvo que regresar.
Margarita busco consuelo en la Santísima Virgen a quien prometió que si Ella le devolvía la salud entraría a formar parte de sus hijas. Apenas hizo su promesa y recobro su salud, Margarita luego escribiría en su diario:”Recibí la salud y una nueva protección de esta Señora la cual se declaro dueña de mi corazón, que mirándome como suya, me gobernaba como consagrada a Ella, me reprendía de mis faltas y me enseñaba a hacer la voluntad de Dios.” Margarita se vio más unida a la Madre como nunca, la cual desde ese momento fue su guía toda su vida. Sin embargo como joven Margarita cuenta en su diario que a pesar de serle devuelta la salud “me fui detrás de la vanidad y afecto de las criaturas, halagándome que la condescendiente ternura que por mi sentían mi madre y mis hermanos me dejara en libertad para algunas ligeras diversiones y para consagrar a ellas todo el tiempo que desear. “

La Virgen la reprendía con ternura a la vez que también la consolaba cuando Margarita quería sucumbir en la lucha que libraba en su interior. Una vez estaba sentada Margarita rezando el rosario, se le presento la Virgen y le dijo “Hija mía, me admiro de que me sirvas con tanta negligencia” Palabras que causaron mucha impresión en la santa y que le ayudaron como aviso toda su vida. Otro día cuenta la santa que la Santísima Virgen le prometía con ternura: “nada temas, tu serás mi verdadera hija y yo seré por siempre tu buena Madre.” La Virgen fue su sostén y le ayudo a alcanzar muchas gracias cuando Margarita hacia ofrendas y ayunos al Señor.

A partir de la muerte de su padre las cosas no marchaban bien en su familia. A su casa llegaron dos parientes y una de las hermanas de su papa quienes quitaron autoridad a la madre de Margarita, había una lucha continua ya que para todo debían pedir permiso a sus parientes. Fue a partir de entonces que Margarita desbordo todo su amor y encontró consuelo en el Santísimo Sacramento del altar. Esta tarea tampoco fue fácil ya que debía pedir permiso a sus parientes para poder ir a la iglesia y algunas veces se lo negaban.

Una gran angustia que sufrió la santa fue ver a su madre casi al borde de la muerte debido a una erisipela en su cabeza. Entre mas pedía Margarita a sus parientes que ayudaran a su mama, menos interés mostraban ellos. Margarita pidió con mucha fe al Señor que le diera la respuesta a la enfermedad de su madre. Un día al regresar a su casa encontró a su madre con una llaga en la mejilla casi del tamaño de la palma de una mano, con un olor insoportable. Con la fortaleza que le daba la oración curo las llagas de su madre teniendo que cortar hasta la carne podrida. Estuvo al pie del cuidado de su madre y casi no dormía ni comía. A pesar de todo ella nunca dejo de dirigirse al Señor y decía esta oración: “ Mi Soberano Maestro, si Vos no lo quisieras, no sucedería esto, pero os doy gracias de haberlo permitido para hacerme semejante a Vos.”