Aunque un día después de la Festividad del Sagrado Corazón, espero que aún tengan cabida estas palabras.
No sé a cuántos de Ustedes les habrá pasado que año con año se proponen hacer los 9 meses solemnes dedicados al Sagrado Corazón? Y por una u otra razón se atraviesan a veces hasta emergencias que no permiten que se cumpla, según nosotros con dicho ofrecimiento.
Me acuerdo que siempre que quería empezar los nueve meses, al principio se me olvidaba, luego cuando no se me olvidaba salía algún compromiso que al final del día me recordaba que el Primer Viernes de Mes ya había pasado. Pero mi preocupación era cumplir para obtener las promesas, lo confieso. Que triste no? Cumplo para que me des lo que me prometes.Gracias a Dios tenemos un Dios que es corto en recordar nuestras ofensas pero tan benévolo para llenarnos cada día con una nueva oportunidad de hacer las cosas según Su voluntad.
Cuando situaciones en la vida no están bajo nuestro control y nos vemos entre la espada y la pared, si lo permitimos y nos abandonamos en el Señor y confiamos en El entonces nos daremos cuenta de lo que Su Corazón significa y cómo El ha estado esperando como caballero que le abramos la puerta de nuestro corazón. No ha sido sino hasta esos momentos que conscientemente me he dado cuenta que el Amor del Señor manifestado en Su gran Corazón y misericordia me ha sostenido para que vuelva mi vida a El. Ahora ya no cuento los viernes, es más no sé si ya cumplí 9 meses y estoy empezando una nueva "ronda". Sinceramente les digo que para mi los Primeros Viernes de mes son un recordatorio de cuánto Dios me ama que ha sido capaz de dar a Su único Hijo para que también por Amor dé Su vida por mi. El Primer Viernes de mes es ahora para mi una visita para ver dentro de mi corazón, reconocer mi miseria y rendirle todo cuanto tengo a ese Corazón. Contarle una a una mis penas y alegrías frente al Sagrario donde El mora y espera que lleguemos para escucharnos y consolarnos.
Ahora crece la necesidad de dar a conocerlo a los demás, de amar al prójimo, de ser la mejor versión de nuestra vida, de amar sirviendo a los demás. Dice nuestro Señor que no se puede tener una vela y ponerla bajo una mesa. Igualmente es el Amor de El, cuando permitimos que un poco de Su Amor entre en nuestros corazones queremos contarle a todos lo feliz que es estar cerca de El. Y es una lucha constante pero cada día el Señor infunde en nosotros Su Amor y Su Espíritu Santo para que podamos salir airosos de las pruebas.
Que en este día del Inmaculado Corazón de María, ella nos lleve de la mano a Su Hijo. Dios les bendiga abundantemente y que siempre tengan presente las palabras "Jesús en Ti confío".
