sábado, 14 de abril de 2012

Jesús en ti confío.


Hoy culminó la novena a la Divina Misericordia, mañana la fiesta en Su honor. Porqué el Mismo Señor no se cansa de llamarnos de vuelta, de que todos Sus hijos seamos merecedores del Cielo? Por ello se dice que éste es tiempo de misericordia, luego vendrá el tiempo de Su Justicia.
Sor Faustina, un alma privilegiada, sencilla con las que el Señor se complace dice en su diario cuando el preguntaron porqué Jesús pedía tal fiesta. Y ella respondió que Su Pasión no ha sido suficiente para la mayoría de personas y por ello El quiere acercar a todos para que nos salvemos a esa fuente dónde sale todo Su Amor. También leía estos días que un insulto a Dios es creer que nuestros pecados son más grandes que Su Misericordia. Y me hace recordar las peticiones durante este novenario, en especial la del día del hoy que habla de las almas tibias. Sin darnos cuenta caemos en esa tibieza de no importarme si el otro sufre, de si lo que para mi es bueno para ti no lo es, de ese relativismo disfrazado de cosas necesarias para la vida. Y me pregunto: qué más tendrá que hacer nuestro Señor para atraernos a Su Amor divino? El mismo responde que éste es el último llamado que nos hace para convertirnos a El y llevar una vida de bien, de servicio y de amor al prójimo.
Cuánto nos cuesta acercarnos a El, tan impregnados del mal estamos que Sus dulces palabras no resuenan ya en nuestras almas. Y sin embargo El no se cansa de llamar.
De verdad les deseo que ésta fiesta en honor a Nuestro Señor nos revista de personas nuevas, que nuestra actitud sea más parecida a la de Cristo. Cómo decía Sor Faustina, que la dejara parecerse más a El, que El podía hacerlo porque es Dios y nos ama. Basta entonces que abramos las puertas del corazón porque Cristo ha abierto el Suyo para que nos reencontremos.
No nos cansemos de invocarle: "Jesús en ti confío".

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